La pérdida de interés por parte de las personas mayores hacia la sexualidad es una de las falsas creencias asociadas a la vejez. En la vejez, se tienen las mismas necesidades de experimentar contacto físico, placer e intimidad que a cualquier otra edad, aunque disponemos de menos formas socialmente aceptables de satisfacerlas, señalan Rowe y Savage.

El catedrático en Psicología de la Sexualidad de la Universidad de SalamancaFélix López Sánchez, afirma que tanto los afectos sexuados (deseo, atracción y enamoramiento) como los afectos sociales (apego, amistad y cuidados) no desaparecen con la edad y que la capacidad del ser humano para amar y ser amado se mantiene a lo largo de la vida.

Autor del libro Sexualidad y afectos en la vejez, López señala, además, que la fisiología del placer sexual puede funcionar bien en edades avanzadas y que existen medios para aquellas personas que tienen dificultades. “Estamos en un momento en que la vida sexual en la vejez puede ser rica y satisfactoria,” sostiene el experto, al tiempo que destaca la importancia del tacto para el envejecimiento activo y saludable.  

Con todo, existen muros pendientes de derribar para tener una vida sexual y afectiva plena en la vejez: ignorancia, prejuicios, costumbres, sexismo, resistencias de la familia, no tener pareja, fatiga, alcoholismo, sedentarismo, enfermedades y fármacos, destaca Félix López.